Las Esclusas de Miraflores se encuentran muy cerca de la Ciudad de Panamá, es una visita obligada para todo turista que viene a visitar la ciudad. Es algo espectacular y muy impresionante ver a los barcos de dimensiones desorbitadas (el que aparece en las fotos es de los más pequeños que hemos visto) como suben o bajan en cuestión de minutos, escuchar las alarmas y ver las sirenas avisando a los trabajadores de la apertura de las compuertas, ver a los trenecitos (parecen hormigas al lado de algunos barcos) dirigiendo a los barcos para que no choquen con los laterales, etc. La primera vez que se ve resulta muy impactante, sobre todo si coincide con el paso de un gran carguero.

Os hago un pequeño resumen de los datos más curiosos que he encontrado sobre el Canal y su funcionamiento en las guías y por Internet. Espero que no os aburrais mucho, pero creo que merece la pena leerlo.

Una esclusa es un compartimento, con puertas de entrada y salida, que se construye en un canal de navegación para que los barcos puedan pasar de un tramo a otro de diferente nivel, para lo cual se llena de agua o se vacía el espacio comprendido entre dichas puertas.

Durante la construcción del Canal de Panamá se eliminaron más de 183 millones de m³ de material originalmente excavado que si se pusiera en un tren de plataformas, le daría la vuelta al mundo cuatro veces.

Desde el punto de vista técnico, el Canal de Panamá es uno de los mayores logros de la ingeniería moderna. Del Atlántico al Pacífico mide 80 kilómetros de largo; tiene una profundidad de 12,8 metros en el Atlántico y de 13,7 metros en el Pacífico; el ancho es de 91 a 300 metros. Posee dos puertos terminales, uno en cada océano (Puerto de Cristóbal en Colón y Puerto de Balboa en Ciudad de Panamá); tres juegos de esclusas gemelas (Miraflores, Gatún y Pedro Miguel), y uno de los mayores lagos artificiales del mundo (hubo que construirlo para el funcionamiento del Canal, es su motor), el Gatún, que cubre 425 kilómetros cuadrados y se formó por una represa de tierra construida a través del cauce del río Chagres.

El agua para subir y bajar los barcos en cada juego de esclusas, se obtiene por gravedad del Lago Gatún (ver el dibujo de más abajo). Por cada barco que transita el Canal, se usan unos 200 millones de litros de agua dulce, los cuales fluyen por gravedad a través de las esclusas y se vierten al océano.

La media de tiempo que un barco tarda en atravesar el Canal es de 24 horas, de las cuales entre 8 y 12 son de tránsito y el resto son de espera. El Canal funciona 24 horas al día los 365 días del año. La tarifa de peaje promedio es de alrededor de 54.000 dólares USA.
Con el propósito de mejorar la calidad del servicio ofrecido a sus clientes, y debido al congestionamiento que está sufriendo el Canal hasta que se complete la ampliación en 2014, la Autoridad del Canal de Panamá implantó un servicio de reservas, que ofrece cupos de tránsito para un máximo de 24 navíos por día que deseen garantizar una fecha de tránsito y una travesía de 18 horas o menos. Los cupos de reserva están disponibles vía Internet hasta con un año de anticipación, y el interesado debe pagar una tarifa preferencial además del peaje normal. También está disponible el cupo número 25 que se asigna por subasta al mejor postor. El récord de la mayor tarifa pagada mediante el sistema de reserva de cupos y subastas del Canal de Panamá es de 220.300 dólares USA y ocurrió el 24 de agosto de 2006. El cliente fue el tanquero Panamax Erikoussa, que evitó una fila de 90 navíos que se formó debido a trabajos de mantenimiento de la esclusa de Gatún, evitando así una demora de siete días. La tarifa de reserva normal hubiera sido de apenas 13.400 dólares USA.
A los barcos les resulta más rentable pagar éste dinero que la larga travesía para dar la vuelta por el Cabo de Hornos (el paso marino más peligroso de la Tierra) teniéndose que enfrentar a los icebergs, los fuertes vientos y el oleaje.
Barco llegando a la primera esclusa.

Apertura de las compuertas de la esclusa. Fijaros hasta donde le llegaba el agua a las compuertas en la primera fotografía (antes de abrirse) y el nivel que tiene una vez que se abren ya en esta fotografía.

Fijaros en los trenecitos que dirigen al barco.

María en el mirador del restaurante.

En esta fotografía y en las dos siguientes podeis ver como baja el barco. Fijaros en las letras blancas que tiene en el lateral del casco y vereis como se van ocultando por el descenso.